Los berrinches son una de las manifestaciones más comunes en el desarrollo infantil, especialmente durante los primeros años de vida. Sin embargo, aunque son una etapa natural, es normal que los papás se sientan frustrados o desbordados cuando enfrentan estas situaciones. Es crucial afrontar estos episodios con paciencia y estrategias efectivas para enseñar a los niños a manejar sus emociones. A continuación, te presentamos algunas técnicas respaldadas por expertos para manejar los berrinches de manera saludable.
1. Mantén la calma
Uno de los aspectos más importantes cuando un niño atraviesa por un berrinche es que el adulto mantenga la calma. Esto no solo ayuda a evitar que la situación se intensifique, sino que también ofrece un modelo de comportamiento para el niño. Como señala la psicóloga Laura Markham, autora de Peaceful Parent, Happy Kids, “los niños aprenden a regular sus emociones observando cómo los adultos manejan sus propias emociones” (Markham, 2012). Si el adulto se mantiene tranquilo, el niño aprenderá que es posible manejar situaciones estresantes sin perder el control.
2. Valida sus emociones
En lugar de ignorar o minimizar el berrinche, es importante reconocer las emociones del niño. Valida lo que está sintiendo, incluso si su reacción parece desproporcionada. Frases como "Entiendo que estás muy enojado" o "Sé que te sientes frustrado" pueden ayudar a que el niño se sienta escuchado y apoyado.
3. Establece límites claros y consistentes
Es fundamental mantener consistencia en las reglas y límites, incluso en el momento del berrinche. Esto les proporciona seguridad y les enseña que, aunque las emociones sean intensas, ciertas conductas no son aceptables. Según la pediatra y autora Mona Delahooke, "la consistencia en los límites es esencial para ayudar al niño a entender lo que es esperado de él, y cuando se sienten seguros en este marco, se calman más rápidamente" (Delahooke, 2020).
4. Distracción y redirección
En algunos casos, una técnica efectiva es distraer al niño o redirigir su atención hacia algo diferente. Los niños pequeños, especialmente los que están aprendiendo a controlar sus emociones, a menudo pueden beneficiarse de un cambio de foco. El psicólogo Harvey Karp, autor de El bebé más feliz de la calle, sugiere que "una distracción apropiada puede ayudar a interrumpir el ciclo del berrinche y permitir que el niño recupere el control" (Karp, 2004). Proponer un juego, mostrar un juguete o cambiar de ambiente son formas eficaces de lograrlo.
5. Ofrecer opciones para darles control
Los berrinches a menudo surgen cuando los niños sienten que no tienen control sobre lo que sucede a su alrededor. Una forma de manejar estos episodios es ofrecer opciones limitadas que le den al niño un sentido de autonomía. Por ejemplo, en lugar de decir “¡Es hora de vestirte!”, puedes mencionar “¿Quieres ponerte la camiseta roja o la azul?”
6. Utiliza el refuerzo positivo
El refuerzo positivo es una técnica poderosa para fomentar comportamientos apropiados. Cuando un niño comienza a calmarse o maneja bien una situación emocionalmente cargada, es importante reconocer su esfuerzo. Esto les motiva a continuar desarrollando habilidades para gestionar sus emociones.
Recuerda que los berrinches son parte del proceso de desarrollo emocional de todo niño y que no desaparecerán de inmediato. La paciencia y la consistencia a lo largo del tiempo son fundamentales para que ellos aprendan a manejar sus emociones de manera efectiva. Así mismo, es fundamental que los padres sean consistentes, validen las emociones de sus hijos y ofrezcan apoyo emocional; pues al hacerlo, no solo se gestionan los berrinches de manera más efectiva, sino que también se contribuye al desarrollo emocional de los niños.